Apuntes Biográficos

Valmore Rodríguez nació en San Félix, estado Falcón, el día 11 de abril de 1900 y murió cincuenta y cinco años después en la población chilena de Quilpué el 10 de julio de 1955. Poeta, narrador, ensayista, periodista, político y parlamentario. Presidente del Congreso Nacional en el período de sesiones de 1948, ejercicio interrumpido por el golpe militar que derroco al Presidente Constitucional Rómulo Gallegos. Sus primeros estudios los realizó en el seno familiar y con un maestro a quien llamaba ¨el viejo¨ Miquelena. De él tomaría como ejemplo el trabajo y el esfuerzo constante para lograr un objetivo.

Siendo aún niño sus padres se mudaron al vecino pueblo zuliano de Quisiro donde viviría unos años para trasladarse posteriormente a la ciudad de Maracaibo. En esta ciudad se empleó en una imprenta donde fue adquiriendo vocación por el ejercicio literario: “ Más ya las letras se lo tenían predestinado – apunta don Rómulo Gallegos en el prólogo a Dos estampas - …no por simple ejercicio de facilidad innata, sino mediante laborioso empleo de adquirir la cultura que la pobreza había querido negarle”…

Tiempo después se vincula a la Iglesia protestante que dirigía en Maracaibo un pastor norteamericano como T.J Bach. Allí realizó sus primeros ejercicios en el periodismo y la escritura más o menos formal al publicar notas sociales, algunos artículos y poemas en la revista evangélica La Estrella de la Mañana; de igual modo en 1918 se publicaron poemas suyos en la revista “Fulgores” de Maracaibo, y el diario Panorama de la misma ciudad. La influencia de mister Bach lo motivó para animarse a viajar a los estados Unidos, país al cual se trasladó el día 9 de julio de 1919, con destino a la ciudad de Nueva York, en compañía de su amigo Alfonso Portillo Gómez. Días más tarde, Panorama publicó un artículo de Valmore pleno de lirismo y nostalgia juvenil que tituló Adiós a Maracaibo, en el cual declara su amor y recuerdo eterno por la ciudad del Lago.

La situación en la norteña nación no era fácil, y menos para un latino recién desembarcado, pues la Primera Guerra Mundial había terminado y miles de soldados se incorporan al campo de trabajo, por tal razón Valmore decide enrolarse en el ejército norteamericano y luego de recibir preparación y entrenamiento por algunos meses, fue asignado a la Zona del canal de Panamá con el grado de sargento. En su nuevo destino tuvo un notable desempeño y, según su amigo y compañero de la juventud el doctor Manuel Matos Romero, dirigió un periódico en idioma inglés destinado a las tropas acantonadas.

En 1921 regresa a Maracaibo y participa en organizaciones espiritistas con tanto fervor que en 1923 interviene en la fundación de la “Sociedad Espiritista de Maracaibo”, en la cual se desempeñó como Presidente, un año después le cambiarían el nombre por “Sociedad Kardesiana de Maracaibo”. Con el tiempo abandonó estas prácticas y se afilió a la logia masónica “Carabobo 69”; el activismo político le sustrajo completamente de esas organizaciones. El 16 de septiembre de 1923 contrajo matrimonio con Doña Elvia Barrera Chirinos, de esta unión nacerían once hijos: Valmore, Mireya, América, Rolando, Samuel, Rosita, Alberto, Rómulo, Tito; Marina y Nora.

Interviene en 1924 en la creación del grupo literario “Seremos”, de gran repercusión en el medio artístico zuliano de la época. En esa aventura de la inteligencia participaron también el pota español Francisco de Rosson, su promotor inicial, Héctor Cuenca, Alonso Pacheco, Aníbal Mestre Fuenmayor, Gabriel Bracho Montiel, Rogelio Illaramendy, José Ramón Pocaterra, Luis Guillermo Govea, Mila Rondón Ríos, Manuel Noriega Trigo, Armando Simons Plumacher, Isidro Valles, Ramón Díaz Sánchez, Angel barroeta, José Antonio Ugas Morán, Ciro nava y otros más. Esta agrupación de corte modernista pretendía renovar el ambiente liteario zuliano, con una manifiesta actitud hacia el compromiso social que fue evolucionando hacia posturas políticas enfrentadas al régimen gomecista.

Paralelamente a esta agrupación, en 1925 se logró constituir en Maracaibo la “Institución Bolivariana”, asociación protectora del empleado presidida por Isidro Valles; esta institución organizó en 1928 el movimiento democrático de apoyo al llamamiento a luchar por la liberación nacional hecho por los estudiantes y el pueblo caraqueño. A pesar de su corta existencia, la organización proyectó un espíritu de lucha y elaboró el primer Código Venezolano del Trabajo. Este Código que abogaba por una serie de reivindicaciones para la masa trabajadora del país, fue remitido al Ministerio de Relaciones Interiores, donde, como era de esperarse, no tuvo respuesta.

Su actividad literaria es de muchos logros durante estos años: participa en concursos, publica un poemario e interviene en las actividades de los “seremistas”, como veremos posteriormente. De igual modo publica una serie de colaboraciones en el recién fundado diario Excelsior de Maracaibo, lamentablemente la colección de este diario correspondiente a 1925 no hemos podido verla.

En Enero de 1928 funda junto a Hector Cuenca el periódico El Nivel, vocero de opinión del cual Cuenca era el editor y Valmore Rodriguez se redactor. El periódico alcanzó buena aceptación y circulación en los medios de oposición al régimen gomecista. Su existencia fue permitida hasta fines de octubre de 1928, cuando fue allanada y destruida la imprenta, por haber manifestado su solidaridad con el discurso contra el analfabetismo que padecía el país, pronunciado por Isidro Valles el 24 de Octubre en la Plaza Urdaneta de Maracaibo.

Valmore Rodriguez fue detenido al igual que otros colaboradores de El Nivel y llevado al Castillo de San Carlos donde permaneció preso durante veinticinco meses. Ya en libertad prefirió marcharse en Barranquilla en compañía de Aníbal Mestre Fuenmayor. En esta ciudad colombiana se unió a los grupos opositores a la dictadura gomecista que fundaron la Agrupación Revolucionaria de Izquierda (ARDI), y en 1931, junto a Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Ricardo Montilla y otros destacados exiliados participó en la elaboración del manifiesto-programa conocido como Plan de Barranquilla, destinado a crear una conciencia política en el seno del pueblo venezolano y definiciones ideológicas en los grupos de vanguardia que liderizaban la lucha antigomecista.

Regresa al país en 1943 para trabajar en las compañías petroleras de Lagunillas. Este contacto con los obreros petroleros le proporcionó conocimientos directo sobre las condiciones laborales y la necesidad de emprender las luchas gremiales para el mejoramiento de esas condiciones que por lo demás eran sumamente injustas e inhumanas. Con tal propósito dedica grandes esfuerzos y las mejores energías de su vida al trabajo subterráneo por organizar el movimiento sindical en el Zulia, logrando fundar el Sindicato de Obreros y Empleados Petroleros de Cabimas (SOEP), que funcionaba clandestinamente. Muerto el General Gómez, Valmore se traslada a caracas en enero de 1936 a gestionar la legalización de los sindicatos petroleros; al llegar a la capital fue detenido y trasladado a la cárcel de La Rotunda, donde permaneció detenido hasta el 16 de febrero de ese año, cuando fue liberado gracias a la presión del movimiento popular.

El SOEP, presidido por Valmore Rodríguez desde su fundación, finalmente fue legalizado en acto público celebrado el 27 de febrero de 1936 en el Teatro Variedades de Cabimas. Entra entonces a dirigirlo Hermes Coello León, y Valmore se dedica a fundar los sindicatos de Lagunillas, Mene Grande, San Lorenzo, Mene Mauroa y Maracaibo, donde sus partidarios, llamados Azules, se disputaban con los comunistas, apodados Rojos, el control de estas organizaciones obreras. Al lado de Valmore rodriguez cumplieron un importante papel en la organización de estos movimientos sindicales algunos anarquistas españoles que se habían radicado en esta zona del país como José Peris y María y José Fernández. Meses después, dice Valmore en un artículo publicado en Orve, en relación a la conquista del trabajador petrolero:…”el obrero explotado de las petroleras no tiene otro recurso ni otra arma que su sindicato. Allí está su más preciosa y única conquista. Que a él ha de servirle de instrumento para elevarse al nivel humano que de derecho le corresponde…”

Desde los primeros días de 1935 se ocupó de la organización de la corresponsalía de Cabimas de Panorama en Cabimas, cuya Agencia Central fue inaugurada el 3 de marzo del mismo año por el Director del diario. Esta oficina se quedó a su cargo hasta el 20 de marzo de 1936 cuando asume la responsabilidad de Jefe de Redacción del citado diario. El 11 de abril de 1936 se encargó de la Dirección de Panorama, por ausencia de su titular y dueño, don Ramón Villasmil, quien asistía como parlamentario a las sesiones del Congreso de la República. Su creciente participación política y diversas obligaciones lo llevaron a renunciar al cargo de Jefe de Redacción encargado del diario marabino el 6 de junio de ese año.

Con el advenimiento del General López Contreras, Valmore participa activamente en el Zulia en la formación de Comités de Defensa de la Democracia, un poco con la idea de impedir que el nuevo gobierno pudiera continuar la política del antiguo régimen.

Los nuevos tiempos se iniciaron en Venezuela con la llegada del año 36, sirvieron para crear en el país numerosas organizaciones políticas. En el Estado Zulia Valmore Rodríguez y otros luchadores democráticos fundaron el Bloque Nacional Democrático (BND), el cual “viene a formar – expresan en un manifiesto el 26 de marzo de 1936 – el partido necesario para la defensa de la República, y porque cree que ella no ha de reducirse al mero cambio de unos hombres por otros, con la vigencia del mismo régimen y de iguales procedimientos, dirigirá sus actividades en un sentido que permita la realización de una nueva estructuración política, social, económica del país”. En relación al programa político lo califican como un programa revolucionario ajustado a los ideales democráticos del pueblo. El B.N.D. contribuyó notablemente con la formación de un espíritu democrático en la región zuliana, y sirvió de base para la integración del futuro P.N.D.

De marzo a diciembre de 1936 el Bloque Nacional Democrático desarrolló jornadas de gran agitación en el Zulia. Los mítines se sucedían en Maracaibo, Cabimas, Lagunillas, Santa Rita, Puertos de Altagracia, etc., primero en trabajo de propaganda y captación de adeptos para el partido, y después contra la Ley y en la preparación de la huelga petrolera de diciembre.

El Comité Directivo del Bloque Nacional Democrático estuvo integrado de la siguiente manera: Secretario Político: Valmore Rodríguez; Secretario de Organización: Felipa Hernández; Secretario de Propaganda: Isidro Valles; Secretario de Economía: Rafael Echeverría G.; Comisiones: Política: Dr. Manuel Matos Romero y Armando Hernández Bretón; Organización Interna: Elio Montiel y María Teresa Contreras; Organización Gremial: Eduardo Arcila Farías, Olga Luzardo y Espartaco González; Propaganda: Ciro Urdaneta Bravo y Amílcar Inciarte; Economía: Jesús Leopoldo Sánchez y Dr. ALonzo Briceño: El partido editó un periódico que bautizaron: Frente Nuevo, Órgano del Frente Nacional Democrático, en el mismo figuraba como Director Ciro Urdaneta Bravo y Administrador Rafael Echeverría G. El 30 de Octubre de 1936 el B.N.D. quedó adscrito en su totalidad al Partido Democrático Nacional (P.N.D.), integrándose en Comité Directivo Estadal con Valmore Rodríguez como Secretario General.

Al frente de todo este movimiento siempre apareció Valmore Rodríguez como orador en varias concentraciones populares y como editorialista de Ondas del Lago, y también como Director encargado del diario El País de Maracaibo, en sustitución de Felipe Hernández, quien se encontraba preso desde los primeros días de septiembre.

Días antes de la huelga petrolera, 9 de diciembre de 1936, Valmore es detenido y enviado a presión para impedir su participación en el conflicto; le hacen compañía Isidro Valles, Aníbal Mestre Fuenmayor, Rodolfo Quintero y Felipe Hernández. En marzo de 1937 es expulsado del país hacia México junto a cuarenta y seis compatriotas acusados de desarrollar actividades comunistas.

Valmore viaja de México a Colombia y se traslada clandestinamente a Maracaibo donde permanece “enconchado” unos meses para incorporarse de nuevo al trabajo político del P.N.D y al periodismo. Esta vez con el seudónimo de Juan Lucerna escribió la columna “Escolios” en el diario Panorama desde el 28 de octubre de 1939 hasta el 1ro. De mayo de 1941. Durante estos diecinueve meses publicó diariamente la citada columna, la cual adquirió tanta importancia por aquella época en la ciudad de Maracaibo, que muchos conocidos periodistas se atribuían descaradamente su autoría, de igual modo se desempeñaba como editorialista en la emisora marabinas Ondas del Lago y Radiodifusora Maracaibo, verdaderos voceros de orientación popular.

A partir de estos años, su apasionamiento por el periodismo se manifiesta en el trabajo incesante de la prédica dirigida a la formación de una conciencia revolucionaria en el pueblo que lentamente comprendía la importancia de darse sus propias organizaciones políticas y sindicales. Con este ánimo escribe entre el 5 de Octubre de 1940 y el 26 de Junio de 1942 en el semanario Fantoches de caracas la columna “En este país”…, que firma como Tito Rosales. En dicha columna va perfilando una posición crítica y de oposición al gobierno del general Isaías Medina Angarita y de vocero de la tesis del P.N.D., y más tarde del recién fundado partido Acción Democrática, partido en el cual entra a militar y del que llegaría a ser Presidente.

En el diario Ahora de Caracas mantuvo en los meses de abril y mayo de 1941 la columna “Réplicas” que firmaba con su propio nombre. Esta columna como casi todas las suyas se ocupaba del tema de las luchas sociales y los reclamos populares cotidianos. Meses después en el diario El Heraldo de Caracas inició su columna “Contrastes” con el seudónimo de Telémaco, la misma se mantuvo casi diariamente desde el 2 de Enero hasta el 3 de marzo de 1942 en la edición de la mañana, a partir de esa fecha su publicación continuó en la edición vespertina del mismo diario hasta el 1ro de Octubre del 43, para continuar publicándola en El País.

El nuevo partido Acción Democrática lo designa integrante de la Comisión Responsable de la Redacción de: AD: Semanario del Partido Acción Democrática, cargo que desempeña junto a Juan Oropeza y Luis Troconis Guerrero desde el Nº1 que aparece el 10 de enero de 1942 hasta el Nº 82 del 21 de agosto de 1943, cuando se ausenta por enfermedad y viaja al interior del país , según informa un suelto del Nº 83 del citado Semanario.

Sin embargo, su mayor y más querida realización fue la fundación de El País de Caracas, periódico que dirigió desde su aparición el 11 de enero de 1944, editado por la “Editorial Avance” de la cual era presidente. En este diario se ocupó de la línea editorial durante el tiempo que permaneció como Director, lo cual compagina perfectamente con su recia personalidad y seriedad política, reconocida y respetada por todos sus copartidarios, empezando por el mismo Rómulo Betancourt. La autoría de tales editoriales en ningún momento nos ha merecido duda, de acuerdo a la información ofrecida por testigos de excepción como el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa. Otro tanto puede decirse de los editoriales del diario “Panorama”, aparecidos durante su permanencia como director encargado del mismo.

Además de la columna” Contrastes”, Valmore publicó en El Pías una nueva denominada “El Mirador de Próspero”, firmada con el seudónimo de Próspero, pero ocurrió que tal columna tomó un carácter colectivo, pues en ella escribían, entre otros, Rómulo Betancourt y Luis Troconis Guerrero, Jefe de Redacción del diario.

En mayo de 1945 fue invitado a visitar a Inglaterra por el ministerio de información de Guerra de ese país. La gira a la cual también estuvieron invitados otros periodistas latinoamericanos, la realizó en compañía de Miguel Otero Silva de El Nacional y Marco Aurelio Rodríguez de La Esfera. En Londres se entrevisto con el Mayor Clement Atlee, líder laborista y otros personeros del gobierno inglés; visitaron instalaciones industriales, plantas de guerra y conocieron el esfuerzo hecho por Gran Bretaña para enfrentar el nazismo.

Abandonó la Dirección de El País el 20 de octubre de 1945 para encargarse del Ministerio de Relaciones Interiores de la Junta Revolucionaria de Gobierno, este cargo permaneció hasta fines de marzo de 1946. El 4 de abril de ese año fue nombrado Ministro de Comunicaciones ; entre las realizaciones que llevó adelante en este Ministerios está la creación de la Flota Mercante Gran Colombia . Dejo el Despacho de Comunicación el 25 de marzo de 1947.

Valmore viajó de vacaciones a la Habana entre el 30 de marzo y el 25 de abril de 1947, no sin antes rendir las respectiva declaración de bienes que alcanzó a la suma a de 18 mil 76 bolívares con 58 céntimos. Al regresar a Caracas fue electo Presidente de la VII convención Extraordinaria de Acción Democrática que se instalo el 30 de junio de 1947 en el teatro Coliseo.

Valmore Rodríguez resultó electo en 1944 Concejal del Distrito Federal por la Pastora, parroquia donde vivía; en 1947 el electorado del Estado Falcón lo favorece con el voto para elevarlo a la condición de Senador. En la sesiones parlamentarias de 1948 lo eligen presidente de la Cámara del Senado, y como tal presidente de un congreso de la República, convirtiéndose en el primer Presidente de un Congreso nombrado por el voto universal, directo y secreto de sus ciudadanos.

En el discurso de toma de posesión en honor que le conferían y apuntó además:… “la intima satisfacción de estar contemplando, desde el más alto sital del Senado de la República, cómo se hace carne de realidad el anhelo secular de nuestro pueblo, en la viva representación de su voluntad soberana”… expresa se recuerdo para todos los luchadores por nuestra constitucionalidad, desde Vargas, “hasta el último ciudadano humilde asesinado en La Rutunda, en San Carlos, Puesto Cabello o Palanque por el último esbirro de instintos primitivos que arman con pica de autoridad el dictador de turno”… Como presidente del Congreso le cupo el honor de tomar juramento en febrero de 1948 a don Rómulo Gallegos, Presidente Constitucional de Venezuela.

Depuesto el Presidente Gallegos tras el golpe militar del 24 de noviembre de 1948, Valmore Rodríguez se trasladó en ejercicio provisional de la primera magistratura mientras durase la detención del Presidente Constitucional. Formó gabinete, nombró jefes de la Fuerzas Armadas y dirigió un mensaje a la Nación invocando la lealtad y el respeto a la Constitución de la Institución armada. Convencido de si inútil esfuerzo se entregó a los militares golpistas. Preso en la Cárcel Modelo de Caracas, sufrió durante diez meses las pésimas condiciones del cautiverio que le provocaron los infartos sin recibir la debida atención médica. La presión ejercida por su partido y los demócratas del continente logró rescatarlo y en septiembre de 1949 es enviado a su tercer y último exilio.

Radicado en la ciudad de Nueva York, pudo hacer realidad una de sus secretas ilusiones: de manera admirable y muy propia de tenacidad se dedicó a estudiar la educación secundaria norteamericana (High School), hasta presentar el último examen el 21 de octubre de 1952, el mismo día que la policía pérezjimenista asesinaba en las calles de Caracas a Leonardo Ruiz Pineda, y empezó a asistir a los cursos de economía en la Universidad de Columbia. De igual modo se dedicaba a hacer traducciones para la revista Selecciones del Read´s Digest y entre diciembre de 1953 y abril de 1954 publicó una serie de crónicas en el diario La Esfera de Caracas, firmabas con el seudónimo de José Robles. De esta época datan varios trabajos de tipo político y de denuncia de la represión desatada por la dictadura de Pérez Jiménez, así como documentos dirigidos a la sociedad Internacional de Prensa, llamando la atención sobre las condiciones de la censura a los medios de comunicación imperante en su patria.

Entre su actividad literaria destaca, además de la fundación del grupo literario “Seremos” en 1924, la participación en diciembre de ese mismo año en los Juegos Florales de Cumaná, organizados por la “Sociedad Patriótica Ayacucho” para celebrar el centenario de la Batalla de Ayacucho, en este certamen obtuvo el primer premio con su poema Canto a la Batalla de Ayacucho,… “mérito de triunfo bien disputado –dice don Rómulo Gallegos en el prólogo citado_ que le acredita la circunstancia de que en ese concurso haya obtenido el accésit el gran poeta zuliano Udón Pérez”… En 1928 su poema La epopeya del trabajo, obtiene el primer premio en el concurso promovido en la ciudad argentina de Bolívar, organizado para conmemorar el cincuentenario de dicha ciudad. Un nuevo galardón literario le fue conferido al otorgarle el primer premio en el concurso de cuentos del diario Panorama e 1934 con la narración El mayor, y el segundo premio del concurso nacional de cuentos del semanario Fantoches en 1942, con La Capitana.

De su obra publicada mencionaremos: Los caminos inefables (poemas).- Maracaibo: Tipografía Excelsior, 1925.136 p. (prólogo de Héctor Cuenca); Dos estampas: El mayor; La Capitana.- Caracas Editorial “Magisterio”, 1942, 32p. (Prólogo de Rómulo Gallegos); Bayoneta Sobre Venezuela._ México: Editores e Impresores Beatriz de Silva, 1950. 150p (prólogo de Alberto Carnevali ). Inédito se encuentra varios capítulos de su novela Las candelas del Diablo y parte de una novela a la que no puso titulo. Otros cuentos y poemas dispersos en la prensa nacional se incluirán en el volumen correspondiente a literatura en sus Escritos de Época

De Nueva York, Valmore Rodríguez se trasladó con su familia a Chile, allí le sobrevino la muerte en la población de Quilpué el 10 de julio de 1955. Presintiendo lo peor, Valmore siempre manifestó que si moría, sus restos sólo fueran trasladados a Venezuela cuando un gobierno democrático mandara en el país, lo cual se llevo a cabo el 10 de julio de 1959 en medio de una imponente ceremonia.

El viejo Valmore: Conciencia vigilante

Valmore Rodríguez puede ser definido como una conciencia vigilante de su tiempo, como un hombre político. Su actividad intelectual y de luchador social se mantuvo en estas dos constante de su vida a través de su trabajo como poeta, narrador y abanderado de los cambios sociales. Es esta última actividad y en su infatigable pasión periodística, donde su nombre adquirió relevancia para la historia contemporánea venezolana, como claro exponente de la férrea combatividad de su generación por imponerse a las circunstancias de la Venezuela que les tocó vivir.

El “viejo” Valmore, como cariñosamente lo llamaban sus amigos y partidarios, o, el señor Rodríguez, como de manera despectiva de referían a él los sectores reaccionarios, fue un verdadero líder popular de limpia y noble personalidad que hizo de las mejores causas populares una pasión inseparables de su condición humana. Con altura, decencia política y su magnífica garra de polemista supo defender su honor de las innumerables injurias y calumnias que con sorprendente constancia le lanzaban el enemigo. Tal era el odio que en El Heraldo de Caracas del 15 de julio de 1950, un oscuro articulista lo llamaba: “el mas odioso personaje del fenecido régimen sectario”, y de su dolencia cardíacas, que lo mantuvieron al borde de la muerte en la Cárcel Modelo, dice: “supuesta gravedad con que especuló su partido para sorprender los reconocidos sentimientos humanitarios del Gobierno Nacional”. Solo la mezquina pequeñez puede juzgar así a un hombre hecho para el servicio de su pueblo y de su patria, sin detenerse a analizar que ciertas actitudes eran un mandato para clarificar y defender la dignidad de los venezolanos. Quizá esto lo llevó a acuñar la frase: “Dividirse es ubicarse”, situarse junto a la causa por la quien se ha batallado toda una vida.

La formación intelectual y política adquirida por Valmore Rodríguez en largos años de lecturas y confrontación de opiniones, se ven cristalizados en la redacción del Programa de Bloque Nacional Democrático (BND), partido que fundara en marzo de 1936; allí expresaba: “El interés de las mayorías será nuestro interés, y por ello reservamos a la clase trabajadora la dirección en el combate por las libertades democráticas”.

Estas libertades serían el resultado de la lucha, entre otros aspectos, por: “efectividad de las garantías constitucionales; Defensa de la autonomía regional, de Municipio, de los Estados (Derecho indelegable a elegir sus presidentes); Efectividad de la autonomía del poder judicial; Ley nacional de elecciones por el sistema de la representatividad proporcional; Leyes protectoras de la industria y el comercio, cancelación de los monopolios; Nacionalización y municipalización de los servicios públicos: teléfonos, electricidad, ferrocarriles, etc; Restitución de sus tierras al indio; Liberación de los indios que trabajan en nuestros campos, esclavizados por contratos unilaterales”, etc.

La vida de Valmore Rodríguez constituyó un buen ejemplo de perseverancia revolucionaria, de superación constante para vencer un medio hostil a toda idea creadora o de cambio, como el imperante en la Venezuela gomecista. A pesar de la madurez que traen los años y el endurecimiento propio de la lucha, nunca perdió el candor romántico de su gesto “seremista” del año 24; sus narraciones inéditas nos presentan a un hombre ganado para la literatura, quien de haber desarrollado esta innata condición hoy sería uno de los grandes escritores nacionales.

La obra de Valmore Rodríguez, por razones de su activismo político, está dispersa en la prensa venezolana e internacional. Fue este medio de comunicación el mejor instrumento para propagar sus ideas y llevar orientación al pueblo trabajador, a partir de 1928 en el Zulia y años después en Caracas. Esta pasión verdadera y determinante en su vida se vio disminuida durante sus varios exilios, pero nunca abandonada pues en aquellos años se publicaron en Barranquilla, Nueva York y Santiago de Chile, artículos suyos.

La azarosa vida de organizador del movimiento obrero y dirigente popular en la Venezuela que nace a la democracia al finalizar la traumática dictadura gomecista, no le posibilitó la producción de una obra más acabada y sistemática como tantas veces lo expresó a sus allegados. Buena parte de sus artículos muestran de manera fragmentaria, ráfagas de un pensamiento lúdico y progresista que desarrollado y profundizado, seguramente se habría adelantado en muchos años y en aportes para la comprensión del período que va de 1936 a 1948, rico en sucesos y en implicaciones históricas. Aún así, esta serie de trabajos reunidos en sus Escritos de Épocas, facilitará a ñps centros de investigación, estudiantes y aficionados en general, abordar de manera directa a un participante de esa historia que tanto entusiasma y motiva por lo relativamente reciente y por la influencia que pudiera tener en el proceso democrático de nuestros días.

Consciente del valor que esta obra tiene para las nuevas generaciones de venezolanos, la Cámara del Senado acordó dar cumplimiento a la decisión de publicar sus escritos políticos y literarios. Para llevar a cabo tal acuerdo, el doctor Reynaldo Leandro Mora, Presidente del Congreso de la República, nombró una Comisión Especial integrada por los Senadores Juan Páez Ávila, quien la preside, Luis Vera Gómez y Rubén Carpio Castillo con el fin de lograr este cometido que hoy se hace realidad.

Organización de la Obra y del Blog

Hemos considerado conveniente darle una organización a los materiales que integran estos Escritos de Época, de modo que el contenido de la misma guarde una cierta coherencia para el lector quien así podrá obtener una visión de conjunto sobre la producción de Valmore Rodríguez y de los temas que más le preocuparon en su vida de escritor y periodista.

La tematización que presentamos es una de las varias que quizá podrían intentarse. En tal sentido hemos organizado siete volúmenes que comprenden:

     1. Ballonetas sobre Venezuela y Temas Políticos

     2. Temas políticos

     3. Temas Políticos

     4. Política Internacional

     5. Temas Económicos

     6. Comunicación Social, Educación, Servicios Públicos y Temas Misceláneos

     7. Literatura

En algunos de los volúmenes se han separado los sub temas a que haya lugar y ordenado alfabéticamente y numerados correlativamente. Sin embargo, los artículos que integran cada uno de los sub temas aparecen en orden cronológico, pues de esta manera, pensamos, se puede observar el tratamiento y evolución dado a un tema y los diversos momentos en que el autor se ocupó de ellos. Cada uno de los artículos lleva además del título un número que servirá para su recuperación en los respectivos índices, de manera de facilitar la consulta. Igualmente los artículos llevan su respectiva referencia hemerográfica y la mención a los que permanecían inéditos hasta el presente.

El libro ya publicado Bayonetas sobre Venezuela, se ha conservado como una unidad de acuerdo a como lo organizó su autor, pero a casa uno de los trabajos se le ha asignado un número para identificarlos en los índices. Además se han incorporado en este Tomo una serie de artículos que hemos identificado como Temas Políticos 1. Los prólogos que acompañan los libros se mantendrán por el interés que representan. En cada uno de los volúmenes se señalará el número de trabajos que contiene alguna peculiaridad digna de mención y su respectivo índice. En el séptimo volumen se incluirá el índice general de los escritos de época, un índice de fuentes consultadas y otro cronológico, cada uno de los cuales llevará el número de recuperación que se le haya asignado a cada uno de los artículos.

La búsqueda de estos materiales nos llevó a la investigación de numerosas colecciones de publicaciones periódicas de Maracaibo y Caracas, ciudades donde estuvo residenciado el autor por más tiempo. Como es de imaginar, algunos de sus escritos quedarán sin ser incluidos, pero ello no será por nuestro desinterés sino por el estado de alguna de las colecciones de periódicos consultadas que están incompletas, o que no pudimos conseguir como en el caso lamentable de Excelsior de 1925; El Nivel de 1928; El País de los meses que van de junio a diciembre de 1936, Democracia de 1938, todos ellos publicados en Maracaibo y en los cuales escribió Valmore Rodríguez.

Para finalizar deseo agradecer el interés prestado por los honorables Senadores que integraron la Comisión Especial designada para ocuparse de la publicación de esta obra; de igual manera quiero manifestar mi agradecimiento por la colaboración prestada por la familia de Valmore Rodríguez, en especial a sus hijos Valmore, Rosita y Alberto, al especialista en Información de la Hemeroteca Nacional Javier González y, por último, al Archivo de redacción de Panorama.

Caracas, Octubre 1988


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